:Narrativas Relevantes.

La babel de la vida

Cada vez que quienes abogamos por las tres causales nos referimos a quienes las objetan como “pro-vida”, inadvertidamente caemos en una indeseada autodefinición como “pro-muerte”.

Lo mismo hacen los medios que inadvertidamente caen en ese marco discursivo binario: pro-vida vs pro- muerte. 

Los conservadores siempre han sido más hábiles para colar sus enmarcados por las rendijas del lenguaje, pero ni los medios ni los sectores orientados al cambio deberíamos caer en ese juego.  

Un discurso objetivo o por lo menos consciente de lo que se quiere significar consistiría en hablar de personas que abogan, defienden, promueven, objetan, se oponen, rechazan las tres causales.

Y más, si quienes abogamos por las tres causales queremos que nuestro discurso sea más comprensible para las mayorías, deberíamos hablar explícitamente de tres excepciones para el aborto. 

La jerigonza de las tres causales, repetir el enmarcado de pro-vida o argumentar que se defiende el aborto -cosas que oigo decir repetidamente a quienes quieren significar algo distinto- no ayuda a la causa que promueven. 

Lo que defendemos es el derecho de la mujer a decidir si aborta o no en tres situaciones de excepción: si el embarazo pone en riesgo la vida de la madre; si el embarazo ha sido el resultado de una violación o incesto, o si el embrión desarrolla una malformación que pone en juego su vida. 

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