El director del periódico País Político, Máximo Jiménez, me entrevistó sobre las cualidades y capacidades que debe tener el vocero del candidato presidencial. Aquí comparto mis respuestas.
¿Cuáles cualidades, habilidades debe tener el vocero de un candidato presidencial?
Claridad y brevedad en la exposición y dominio de los temas que están en la palestra son las tres capacidades mínimas que debe tener el vocero de un candidato presidencial.
Cuando te comunicas con claridad, le entregas valor a un público que cada día está más sometido a tanto ruido y confusión. Cuando te comunicas con claridad, tu audiencia no tiene que quemar calorías para comprenderte y no le regalas a la prensa titulares de los cuales luego tengas que arrepentirte.
“Lo bueno, si breve, dos veces bueno”, como escribió Baltazar Gracián en sus célebres aforismos. Particularmente ahora, cuando la atención de la audiencia es cada vez más corta y fragmentada, la frase clara, corta y dicha con ingenio es lo que te va asegurar los titulares deseados y la reproducción infinita en las redes sociales.
Contaba Felipe González, en un encuentro con consultores políticos de su país, que lo que nunca pudo abandonar, luego de que dejóMoncloa, fue el hábito de leer los periódicos pensando qué iba a contestar, si la prensa le preguntaba sobre cualquiera de los temas del día. Era ese hábito la puesta en práctica de la frase famosa que se le atribuye a Henry Kissinger, cuando dijo a los periodistas: «¿Alguien tiene alguna pregunta para mis respuestas?»
Las preguntas son infinitas, pero los temas son limitados. Usualmente, las noticias duras en la palestra no pasan de cinco, como mucho. Ahora mismo, por ejemplo, no pasan de tres: el problema haitiano, su impacto en las relaciones dominico-estadounidense y el pesimismo económico. Un vocero no puede ser sorprendido sobre estos temas y para ellos debe tener sus respuestas previstas, como Henry Kissinger.
Cabeza fría, autocontrol y agilidad mental son igualmente rasgos necesarios en el perfil psicológico del vocero, para mantener la coherencia con la narrativa del candidato, aún en las situaciones más difíciles que presente el debate político.
Como se ve, ni son pocas, ni son fáciles, ni son innatas las capacidades que se aprecian en un portavoz, pero la buena noticia es que esas capacidades se pueden aprender y siempre se pueden mejorar, independientemente de los dones con que la naturaleza te haya dotado o te haya negado.
Los media training o entrenamiento para hablar ante los medios son los mejores espacios para aprender esas capacidades y, por supuesto, nada como la práctica en el terreno para ser cada vez un mejor portavoz.
¿Debe tener el vocero un perfil afín al candidato?
Absolutamente, sí.
No creo que un vocero progresista pueda ser un buen portavoz de un candidato conservador ni viceversa, que un vocero conservador pueda ser un buen portavoz de un candidato progresista.
Sí puede ocurrir, en cambio, que un asesor político diseñe correctamente una narrativa potente para un candidato, con independencia de las afinidades ideológicas entre el candidato y el estratega.
Sin embargo, el vocero no solo tiene que conocer la narrativa del candidato, sino también compartirla y escenificarla con autenticidad y entusiasmo frente al público.
Solo cuando hay afinidad entre el candidato y el vocero, este puede representarlo con idoneidad en cualquier escenario y particularmente frente a los imprevistos.
Una pregunta inesperada de la prensa o un abordaje claramente hostil es el “momento de la verdad” para un portavoz. Ahí es cuando funciona muy bien la rapidez mental de la que antes te hablaba.
¿Puedes citar algunos casos de rd de voceros que hayan establecido un antes y un después en el ejercicio de esta profesión?
Me haces esa pregunta y me llega de inmediato a la cabeza Tony Raful, cuando era “la voz oficial” del PRD o del PRI y presentador de sus candidatos en actividades de masas.
Como han pasado tantos años desde entonces, no sé si la memoria me está haciendo confundir la vocería con la locución, pero cuando me hablas de un “antes y un después”, invariablemente pienso en este escritor, politólogo y abogado… y en nadie más.
Lo que hemos visto en los últimos 20 años es que la dirección de campaña y la vocería del candidato presidencial son funciones a cargo de una misma persona, pero esto no necesariamente tiene que ser así. Sin embargo, cuando se toma como premisa que la función de director de campaña incluye la de vocería, por defecto, los resultados de las elecciones en que ha participado Francisco Javier García como jefe de campaña favorecen muy ampliamente su trabajo.
En perspectiva, con relación al 2024, ¿puedes visualizar algunos ejemplos de profesionales de este campo que desempeñarían, a tu entender, un buen trabajo en este rol?
Me pones en un aprieto con esa pregunta, pero voy a caer en la trampa, pese a que todos los profesionales que se me ocurren no están ejerciendo la política partidaria, hasta donde sé, aunque sí son personas muy interesadas en la política
Tenemos muy buenos talentos dotados para la vocería, gente con la madurez profesional para hacerlo muy bien, como por ejemplo Víctor Bautista, que siempre está al día en los temas políticos y económicos, y es un todoterreno de la comunicación, con experiencia en la televisión, en la radio, en los periódicos y también en las redes sociales. Víctor expone con claridad y brevedad y es una persona con un temperamento contenido, con la templanza que se necesita para la vocería.
Leidy Blanco García, abogada, ex Coordinadora General de Participación Ciudadana, ya está probada como vocera política, porque desde ese puesto no partidario lo hizo muy bien.
José Carlos Nazario, abogado con estudios superiores en comunicación estratégica, escritor, elocuente e ingenioso, también me parece que podría ser un buen portavoz de un candidato presidencial.
La lista puede extenderse, incluyendo veteranos de la comunicación, pero, igual que los antes citados, el tema está en si ellos quisieran abrazar la política partidaria y asumir una responsabilidad tan demandante como la vocería de un candidato presidencial.
Si quieres aportar alguna idea adicional, siéntete en libertad de hacerlo.
Solo agregar que haber sido un excelente periodista, comentarista o figura pública no es garantía para ser un buen portavoz, como a priori pudiera pensarse. Ya hemos visto en la actual gestión presidencial que se necesitan otras condiciones, adicionales, para la vocería en el campo de la política.
En la vocería política, se cruza a la otra acera de la comunicación pública, y ya no eres tú quien haces las preguntas, sino quien das las respuestas. Ya no eres tú quien hablas frente a la pantalla o al micrófono, sin nadie que te confronte, sino todo lo contrario.
Como escribe el consultor político y fundador de Fox News, Roger Ailes, en su excelente libro “You are the message”: “Cuando te enfrentas a la prensa, estás ante una relación natural entre adversarios. El reportero es un profesional. No subas al ring si eres sólo un aficionado”.
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Aquí les dejo el enlace del periódico El País Político, un medio que aborda los temas políticos con un enfoque diferente.